lunes, 28 de marzo de 2011

A Mario.


No supe que decir,
las palabras se congelaron
por un simple instante,
y ahora todo me sabe a ti.


No lloré, no sentí,
no hablé, no respiré,
cogí bocanadas de aire
y dije un: ¿Porqué?


Déjame vida, no eres justa,
ya no quiero hacer pactos contigo.
Tu te lo has llevado, tu me lo has quitado,
y algún día, harás lo mismo conmigo.

No eramos hermanos,
tampoco primos,
eramos dos amigos,
que los separó el destino.

Y hoy le pido a la vida,
que me devuelva lo quitado,
que te devuelva lo tuyo,
tu familia que habías creado.

Ésto es para despedirte,
es la última fase del duelo,
adiós Mario amigo,
adiós Mario compañero.